Luego del viaje, ya de vuelta y más tranquilos, hablamos con Liliana para que nos contara, a su modo, las sensaciones vividas durante la experiencia del rodaje. Esto es lo que nos escribe...
Primero saludarlos, y darles las gracias por la compañía.
Demoré en llegar. Y aunque podría decirles, sin mentir, que las muchas obligaciones me impidieron venir antes, la verdad es algo diferente.
Con la filmación volví, volvimos, intentamos recorrer un tiempo inexistente.
Sin dudas es cierto que la única realidad de un río es su curso. Que a Ixtlán no se regresa. Que no se vuelve a pisar la misma senda. Es cierto, pero queda un resquicio desde el cual espiar. Y entrever lo que fuimos.
Regresamos a las ruinas y algo nos duele, nos interpela.
Digo entonces que no vine antes porque aquel recorrido por lo que ya no estaba, y sin embargo..., me dejó cansada de mí misma.
No pude pasar intacta por esa experiencia.
Mi sensación es que quedaron jirones de mi actual ropa en los árboles de mi infancia. Y que, a cambio, traje escarabajos en los bolsillos.
Hay solo una pequeña anécdota que quiero contarles...
Nos detuvimos, mi hija y yo, frente a una columna de cemento de, aproximadamente, 1,20 de altura. O algo así.
La señalé.
“Aquí, justo aquí, se apoyó mi mamá antes de morir”, le dije a Romina. Y en ese preciso momento, la columna dejó caer un pedazo. Una piedra que, por supuesto, traje conmigo.
Yo no creo en las casualidades.
Por eso demoré en venir.
Primero saludarlos, y darles las gracias por la compañía.
Demoré en llegar. Y aunque podría decirles, sin mentir, que las muchas obligaciones me impidieron venir antes, la verdad es algo diferente.
Con la filmación volví, volvimos, intentamos recorrer un tiempo inexistente.
Sin dudas es cierto que la única realidad de un río es su curso. Que a Ixtlán no se regresa. Que no se vuelve a pisar la misma senda. Es cierto, pero queda un resquicio desde el cual espiar. Y entrever lo que fuimos.
Regresamos a las ruinas y algo nos duele, nos interpela.
Digo entonces que no vine antes porque aquel recorrido por lo que ya no estaba, y sin embargo..., me dejó cansada de mí misma.
No pude pasar intacta por esa experiencia.
Mi sensación es que quedaron jirones de mi actual ropa en los árboles de mi infancia. Y que, a cambio, traje escarabajos en los bolsillos.
Hay solo una pequeña anécdota que quiero contarles...
Nos detuvimos, mi hija y yo, frente a una columna de cemento de, aproximadamente, 1,20 de altura. O algo así.
La señalé.
“Aquí, justo aquí, se apoyó mi mamá antes de morir”, le dije a Romina. Y en ese preciso momento, la columna dejó caer un pedazo. Una piedra que, por supuesto, traje conmigo.
Yo no creo en las casualidades.
Por eso demoré en venir.
3 comentarios:
Chicos!! Les deseo mucha suerte en este proyecto, estoy muy ansiosa de verlo.
Cuando creen que estarà listo? Termine la Saga hace unos dìas y extraño a todos, a Cucub, a Kuy Kuyen, a la Sombra, a Thungur, a Wilkilen.....
sobretodo la añoro a ella, a todos ellos....en ella: LILIANA.
Abrazos muy fuertes desde aqui,
Vane.
Vine corriendo al computador... es domingo 14 de septiembre... son las 12: 48 hrs. estaba en el jardín en pijama "tratando" de leer la revista Sábado que ayer mi marido me pasó sin decir nada y tratando de encontrar ánimo para vestirme, para salir de paseo familiar... Encontré el artículo que debía leer, titulado " La Tolkien argentina", sobre todo si estoy refugiada en casa para dedicarme a escribir y sentí las rodillas sucias, vendí uno que otro muñeco en el circo, sentí frío, me enamoré cien veces, limpié, por Dios que limpié y corrí llorando hasta aquí para abrazarte y así levantar un trozo de mi.
Admiro la ideoneidad de la vista de el aguila que relatado de manera no borgiana y si arlt, atrapas hasta el mas lector frances "Yo", Y si bien yo como escritor, delatando la coma y el punto y donde los personajes firmes a si mismo son si mismos, debo escribirte estas lineas, felicitar lo tan felicitado. Lili( permiso) por lili, si bien mis cuentos son de pura neta y crujir realidad, de repente aparece,kupuca,
pero el destello de creatividad que tan bien conjudada con lo exterior lograste, me hace pensar en magia, en los confines.
Sin mas que siendo el escritor de cuentos cortos para lectores impacientes, te saludo de corazon y aplaudo la flecha de Dulkancellin.
federico charquero.
fedenico17@hotmail.com
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